
Las películas envejecen como las personas, algunas bien otras mal, ya sea por la historia, los diálogos (sean demasiado explicativos), el ritmo, la imagen, entre otras cosas, por tanto los remakes sirven para darle una refrescada a todo. "El muñeco diabólico", es uno de esos remakes que se anima a arriesgar para capturar un nuevo público, aunque su naturaleza sea altamente predecible.
A diferencia del "Rey León", un copiado-pegado del
anterior, siendo el de 1994 altamente superior, el Chucky de este año es sobre inteligencia artificial descontrolada y todos los conceptos que explora el mundo online. A través de un androide que se maneja con un aplicativo del celular y se enlaza por wifi a diferentes aparatos electrónicos para perpetuar sus horrendos crímenes, con tal de proteger a su pequeño amo, Andy. La ausencia del padre junto a la sobrecarga de la madre, hacen que Andy busque la compañía de un objeto, que bien podría reemplazarse por cualquier otro (tablets, computadoras, etc.), que llene sus ratos libres, -sin supervisión de los adultos y expuesto al peligro que corre online.
Andy y sus amigos forman una dinámica tipo la serie, "Stranger things" o la película "It", ambas comercialmente exitosas, ya que Chucky o Buddi está diseñado para ese tipo de público, los post millennials. Así fue que dejaron de lado a su creador, Don Mancini, y tomaron consciencia de la necesidad de actualizar al muñeco ochentero, que no sería capaz de sorprender tal como es hoy. Por tanto decidieron colmarlo de tecnología, despojándolo incluso del género sobrenatural para convertirlo en fantástico. Esta vez no es poseído por un alma, como "Annabelle", sino es producto del hartazgo de un trabajador, quien desactiva el "inhibidor de violencia" del juguete. ¿Más perturbador aún? Hay quienes creen que sí, pero lo que sí El muñeco diabólico conserva su toque de comedia que entretiene al puro estilo de Hollywood.
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